El cansancio post vacaciones
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Estoy segura de que todas hemos vivido esta situación: llegamos casi arrastrándonos a las vacaciones, después de días de correr en la oficina, con el objetivo de desconectarnos y disfrutar de unos días sin preocupaciones. Todo, con la esperanza de descansar y regresar completamente renovadas de unas vacaciones soñadas. Sin embargo, llega el lunes y te sientes aún más cansada de lo que estabas antes de salir al “descanso”. Y te preguntas: ¿Qué pasó? ¿No se supone que lo que me cansaba era el trabajo? ¿Por qué, si cambié completamente de rutina, me siento aún más agotada?
Existen 7 tipos de cansancio (algunos autores mencionan hasta 10, pero hoy nos vamos a concentrar en los principales) que pueden afectarnos de diferentes maneras.
Es muy probable que durante estas vacaciones hayas experimentado uno o varios de estos tipos de cansancio, lo que podría explicarte esa sensación de agotamiento diferente a la que solemos sentir por las exigencias del trabajo.
A tomar en cuenta
Salir de la rutina siempre es algo positivo, especialmente si trabajas en un ambiente donde el estrés es constante. Además, cambiar de caras, de rutas, de actividades y de tareas siempre es beneficioso para el cerebro. Sin embargo, este cambio implica un gasto de energía, toma de decisiones, intención y la adaptación a nuevas actividades. Todo esto requiere esfuerzo mental y físico, por lo tanto, quiero que entiendas que tu cansancio después de las vacaciones puede ser completamente normal.
Además, cuando estamos en un ambiente de mucho estrés, nuestro cuerpo se esfuerza por mantener la guardia alta para prevenir enfermedades o agotamiento. Sin embargo, cuando llegan las vacaciones, el cuerpo finalmente puede reducir su ritmo, lo que puede hacer que nuestras defensas bajen. Como resultado, podemos enfermarnos más fácilmente o experimentar un cansancio inusual.
Tipos de cansancio / descanso
Este tema puede abordarse desde dos perspectivas: los tipos de cansancio o los tipos de descanso. Hoy, dado el enfoque que estamos tratando, hablaremos desde la óptica del cansancio.
La mayoría de los autores coinciden en identificar 7 tipos de cansancio: físico, mental, social, creativo, emocional, espiritual y sensorial. Sin embargo, algunos agregan 3 adicionales: rutina, enfermedad y desconexión. Hoy quiero enfocarme en los 7 tipos principales, proporcionándote ejemplos y soluciones concretas para cada uno.
1. Cansancio físico:
Ejemplo: viajaste a un destino lejano y completamente nuevo, como Nueva York o un paraíso tropical en Asia. Caminaste largas distancias todos los días, realizaste actividades físicas poco comunes, te levantaste temprano y te acostaste tarde, aprovechando al máximo cada momento del día.
Solución: Ahora que regresas a la rutina, es importante escuchar a tu cuerpo. Asegúrate de integrar momentos de descanso activo, como estiramientos suaves o caminatas cortas. También, prioriza un buen descanso nocturno y la hidratación para permitir que tu cuerpo se recupere por completo.
2. Cansancio mental:
Ejemplo: Junto a tu esposo, organizaron una salida con tu familia nuclear (padres, suegros e hijos) al interior del país. Esto requirió una planificación meticulosa para asegurarse de que todos estuvieran contentos con los planes. Pasaste la Semana Santa verificando rutas, asegurándote de seguir el itinerario, ajustando el presupuesto y tomando decisiones.
Solución: Para recargar tu energía mental, desconéctate de las redes sociales por unos días y dedica tiempo a actividades que involucren las manos, como dibujar, escribir, cocinar como hobby o cuidar del jardín. Además, establece límites con el trabajo y las responsabilidades para evitar la sobrecarga mental.
3. Cansancio social:
Ejemplo: Deseabas disfrutar de unas vacaciones relajantes en la playa, pero estuviste rodeada de familia, amigos y muchas interacciones sociales. Durante todo el tiempo, había conversaciones constantes, intercambio de ideas y momentos para abrirte emocionalmente o escuchar a otros, lo que dejó pocos o nulos espacios de desconexión real.
Solución: Para recuperarte del cansancio social, dedica tiempo a actividades solitarias que te permitan recargar energías. Puedes disfrutar de una tarde tranquila en casa viendo una película, leer a solas o pasar tiempo en la naturaleza para equilibrar las interacciones sociales.
4. Cansancio creativo:
Ejemplo: Tienes hijos pequeños y durante las vacaciones tuviste que ingeniártelas para mantenerlos entretenidos constantemente, además de preparar una variedad de alimentos y snacks durante el día, y ajustar su rutina por la noche.
Solución: Para recargar tu energía creativa, dedica tiempo a la creación sin presión. Ya sea escribiendo, pintando o haciendo cualquier actividad creativa que disfrutes, lo importante es permitirte experimentar sin expectativas. Practica la creatividad como un proceso relajante, no como una tarea.
5. Cansancio emocional:
Ejemplo: Te tocó pasar tiempo con una persona que te resulta emocionalmente agotadora, que necesita mucha atención, genera dramas innecesarios o siempre busca estar involucrada en todo.
Solución: Tómate el tiempo para reconocer y procesar tus emociones. Observa la incomodidad que sentiste durante estos días y date espacio para regresar a tu lugar seguro. Si estás en un proceso activo, también puedes aprovechar para tener una sesión con tu terapeuta y hablar al respecto.
6. Cansancio espiritual:
Ejemplo: la Semana Santa es una oportunidad para vivir tu fe de manera intencional, pero te comprometiste con demasiadas actividades y te encontraste más enfocada en la logística y organización que en vivir los días desde la espiritualidad que realmente deseabas.
Solución: reconectar con tus prácticas espirituales es esencial. Ya sea a través de la meditación, la oración o simplemente pasando tiempo en silencio, crear momentos de reflexión diaria puede ayudarte a recargar tus energías espirituales y regresar a la rutina con mayor claridad y propósito.
7. Cansancio sensorial
Ejemplo: Las vacaciones estuvieron llenas de estímulos: ruidos, música, comida, multitudes, sol, piscina y nuevas experiencias sensoriales. Aunque todas estas actividades son emocionantes, la sobrecarga sensorial puede dejarnos con fatiga al regresar.
Solución: Para aliviar el cansancio sensorial, es importante buscar ambientes tranquilos y de bajo estímulo. Desconectar de la tecnología y pasar tiempo en espacios naturales o serenos puede ser muy útil para equilibrar los sentidos. Tómate un descanso de los podcasts, la música y la televisión para volver a encontrar tu balance.
Ahora, ¡A descansar!
Al regresar a la rutina, es fundamental escuchar a tu cuerpo y mente, y darle el espacio necesario para recuperarse, ya sea dedicando tiempo para ti misma, descansando activamente o reconectando con tus prácticas diarias.
La clave está en equilibrar tus necesidades para que puedas volver a la rutina sintiéndote renovada y preparada para afrontar los desafíos del día a día.
Con cariño,
Karen Cosenza